El escribir sobre Casa Poli lo considero como un ejercicio que requiere bastante detención, debido a que la obra tiene implícita en si una carga intelectual muy grande y una consecuencia física de esta bastante fuerte, la cual se explica, en parte, con la publicación “89,91” que hacen los arquitectos Pezo_von Ellrichshausen sobre el proceso creativo, constructivo y de culminación[1] de la obra. Pero un análisis objetivo no aspira a quedarse con lo que los autores dicen, por lo que no debería dejar afuera los cuestionamientos que se le hacen a Casa Poli, sobre todo los siguientes tres, que son los que analizaremos: la dualidad de su programa el cual podría fácilmente tender a confundirse con “ambigüedad”; la consecuencia entre el discurso y la obra final, entendiendo la publicación “ochenta y nueve, noventa y uno” como un componente mas de la obra. También me referiré de manera muy breve a la situación que se dio en la Bienal de arquitectura 2006, en la cual esta obra participó, en donde por medio de la pagina Web de la muestra, se cuestiono la originalidad de la casa, haciendo una comparación con el trabajo realizado por SANAA (Kazuyo Sejima + Ryue Nishizawa), lo que de una u otra manera no debiera dejar de ser un elogio para PvE.
Al igual que un proyecto de arquitectura, y debido a los diversos puntos de entrada que tiene el análisis de Casa Poli es que mi estudio se ve en la necesidad de una pregunta inicial: ¿Cuál seria el proceso optimo a seguir para desmenuzar Casa Poli en los puntos que nos interesan, sin caer en el estudio de superficialidades estéticas y efectivismos funcionales?. Lo primero que debiéramos hacer es adentrarnos un poco en el corto (en tiempo) pero intenso trabajo que han hecho los arquitectos tanto en el área del arte como en la arquitectura, para así saber en que tienen y han tenido puesta la mirada los gestores de Casa Poli; luego debiéramos describir la obra tal y cual es, desde los diversos puntos de vista que ello implica: teórico, estético, funcional y programático, dejando a un lado cualquier tipo de interpretación y lectura secundaria que pudiese hacerse, simplemente una descripción. Con estas dos etapas ya cumplidas, ya tendríamos cierta carga de información para comenzar una tercera etapa que consistiría en contrastar, y así analizar la consecuencia y coherencia de Casa Poli en relación al proceso creativo de sus autores, lo que nos llevaría a entender el porque del programa o el porque de la forma. Por otra parte creo que el tener esta visión global, nos permitiría automáticamente despejar cualquier cuestionamiento sobre la originalidad de la obra, sin siquiera la necesidad de entrar a analizar la obra de SANAA.
Sin duda Casa Poli es una de las obras de las cuales más se ha hablado el último tiempo, ha sido muy alabada y quizás menos criticada, lo cual por algo será. También es innegable que su emplazamiento ya trae consigo una exquisitez para ser habitada o que su carga teórica habla mucho del estado del arte, etc. Es decir hay una serie de hechos entorno a la obra que veremos si todos convergen hacia el mismo punto, el cual debiera ser Casa Poli.
PvE
Al igual que un proyecto de arquitectura, y debido a los diversos puntos de entrada que tiene el análisis de Casa Poli es que mi estudio se ve en la necesidad de una pregunta inicial: ¿Cuál seria el proceso optimo a seguir para desmenuzar Casa Poli en los puntos que nos interesan, sin caer en el estudio de superficialidades estéticas y efectivismos funcionales?. Lo primero que debiéramos hacer es adentrarnos un poco en el corto (en tiempo) pero intenso trabajo que han hecho los arquitectos tanto en el área del arte como en la arquitectura, para así saber en que tienen y han tenido puesta la mirada los gestores de Casa Poli; luego debiéramos describir la obra tal y cual es, desde los diversos puntos de vista que ello implica: teórico, estético, funcional y programático, dejando a un lado cualquier tipo de interpretación y lectura secundaria que pudiese hacerse, simplemente una descripción. Con estas dos etapas ya cumplidas, ya tendríamos cierta carga de información para comenzar una tercera etapa que consistiría en contrastar, y así analizar la consecuencia y coherencia de Casa Poli en relación al proceso creativo de sus autores, lo que nos llevaría a entender el porque del programa o el porque de la forma. Por otra parte creo que el tener esta visión global, nos permitiría automáticamente despejar cualquier cuestionamiento sobre la originalidad de la obra, sin siquiera la necesidad de entrar a analizar la obra de SANAA.
Sin duda Casa Poli es una de las obras de las cuales más se ha hablado el último tiempo, ha sido muy alabada y quizás menos criticada, lo cual por algo será. También es innegable que su emplazamiento ya trae consigo una exquisitez para ser habitada o que su carga teórica habla mucho del estado del arte, etc. Es decir hay una serie de hechos entorno a la obra que veremos si todos convergen hacia el mismo punto, el cual debiera ser Casa Poli.
PvE
Mauricio Pezo es Magíster en Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Chile (Santiago, 1998) y Arquitecto de la Universidad del Bío-Bío (Concepción, 1999). Artista visual con especialidad en pintura e instalaciones urbanas, director del Movimiento Artistas del Sur (MAS); por su parte Sofía von Ellrichshausen es Arquitecta de la Universidad de Buenos Aires (Buenos Aires, 2002) obtuvo el Diploma de Honor de la Universidad de Buenos Aires (2002) y la Beca Fundación Mosoteguy-UBA (1998-2002).
Pezo_von Ellrichshausen Arquitectos fue fundado en Buenos Aires el año 2001 por Mauricio Pezo y Sofía von Ellrichshausen, actualmente se encuentra radicado en Concepción, al sur de Chile. Podríamos hacer el ejercicio de separar sus trabajos en dos áreas, los que corresponden a encargos convencionales de arquitectura hechos por clientes como Casa Rivo o Casa Poli, y por otra parte los auto encargos que se realizan en el ámbito de las intervenciones urbanas y que desarrollan con la ayuda de MAS, y que en un comienzo de la sociedad PvE, como era mas difícil tener clientes, fueron la manera de poner toda una energía reflexiva a funcionar y que traían encima tanto Mauricio Pezo como Sofía von Ellrichshausen[2].
No seria importante y estaría fuera de todo sentido para este estudio el comenzar a analizar cada una de las intervenciones y obras que han realizado, pero si es importante entender la relación que la oficina hace entre las instalaciones artísticas que realizan en la ciudad y los proyectos de arquitectura, lo cual nos lleva a comprender que esto es un mismo y único trabajo referido siempre a descubrir aquellas inquietudes que pueden concluir en un proyecto de arquitectura. Las exploraciones en el mundo del arte se pueden ver como la calidad critica de la obra, la autocrítica, la auto corrección ante la propia inercia de sus inquietudes. Y quizás es en este punto donde podríamos tomarnos la libertad de interpretar que ninguno de los proyectos de arquitectura convencional parte de cero, sino mas bien de la reflexión que se hace con las instalaciones o de la reflexión que se hace del trabajo de otros artistas (situación recurrente en 89,91). En este sentido el comienzo del proyecto de arquitectura como tal, es la mitad (más o menos) del proceso creativo, y en esto podríamos encontrar una coherencia tremenda en el sistema de trabajo ya que ningún proyecto de arquitectura parte de cero o de la mera invención de los arquitectos, “la autonomía no es del caso es del ejercicio”[3]; y por otra parte la excusa inicial para desarrollar el problema se da en el mundo del arte, en donde las cosas son ficticias, inventadas, donde pueden tener algo de arbitrariedad como principio, aunque no como desarrollo ni como sistema de trabajo, tampoco en cuanto a complejidad o la calidad técnica a la que pueden aspirar las propuestas. La autonomía no tiene nada que ver con la responsabilidad del resultado, y es en estas instancias donde ya se comienza a coquetear con el proyecto de arquitectura.
CASA POLI
Como se hizo referencia anteriormente en esta primera etapa en que nos adentramos a Casa Poli, se hará simplemente una descripción, no habrá juicios tampoco interpretaciones.
Lamentablemente nunca he habitado Casa Poli por lo que no podría crear mi propia descripción y es por esto que apelo a la descripción que hace Mauricio Pezo, ya que nadie mejor para mostrarnos la obra que su propio creador, aunque sea en esta solo un ejercicio mental.
“La obra está ubicada en la Península de Coliumo (550 Km. al sur de Santiago); un sector rural apenas poblado por campesinos, pescadores artesanales y un tímido turismo estival. Esta situación apartada condicionó nuestra operación de dos maneras. Por un lado, debíamos trabajar con una tecnología arcaica y una mano de obra local carente de especialización. Por otro lado, teníamos que intervenir un paisaje idílico, cuya abrumadora perfección tarde o temprano sería perturbada. Ambas condiciones nos llevaron a reparar en una práctica primitiva; levantaríamos algo por primera vez y donde nunca se había hecho. Así, y con las sanciones de Loos a cuestas, esta nueva construcción no podría ser menos que una severa figura a medio trabar entre la tierra y el mar. Una suerte de refutación de los contemporáneos discursos que diluyen la distinción entre natural y artificial.
Como se hizo referencia anteriormente en esta primera etapa en que nos adentramos a Casa Poli, se hará simplemente una descripción, no habrá juicios tampoco interpretaciones.
Lamentablemente nunca he habitado Casa Poli por lo que no podría crear mi propia descripción y es por esto que apelo a la descripción que hace Mauricio Pezo, ya que nadie mejor para mostrarnos la obra que su propio creador, aunque sea en esta solo un ejercicio mental.
“La obra está ubicada en la Península de Coliumo (550 Km. al sur de Santiago); un sector rural apenas poblado por campesinos, pescadores artesanales y un tímido turismo estival. Esta situación apartada condicionó nuestra operación de dos maneras. Por un lado, debíamos trabajar con una tecnología arcaica y una mano de obra local carente de especialización. Por otro lado, teníamos que intervenir un paisaje idílico, cuya abrumadora perfección tarde o temprano sería perturbada. Ambas condiciones nos llevaron a reparar en una práctica primitiva; levantaríamos algo por primera vez y donde nunca se había hecho. Así, y con las sanciones de Loos a cuestas, esta nueva construcción no podría ser menos que una severa figura a medio trabar entre la tierra y el mar. Una suerte de refutación de los contemporáneos discursos que diluyen la distinción entre natural y artificial.
Siempre es difícil resistir la tentación de alcanzar el borde, de sentir la caída, estando frente a un acantilado. Hay una sensación de vértigo un poco morbosa. Pero, en este caso, los estudios de mecánica de suelo nos advirtieron que sólo podríamos llegar hasta el extremo bajo de la ladera si dejábamos una huelga de gracia hacia su caída oeste. En rigor, el peso del nuevo cuerpo podría deslizar la composición arcillosa de la tierra sobre su base de granito. Además del retranqueo, esto nos obligaba a confinar la operación en una pieza compacta, de mínima ocupación de suelo, cuya composición telúrica evitara otro esfuerzo estructural que no fuera el de llevar directamente las cargas a ese suelo. Compacidad que a su vez, en virtud de la figura impropia que de cualquier modo sería una obra en relación con este fondo natural, carecería de escala y de encajes que suavizaran su dureza.
Una vez fijada esta posición, que obstruía el único sitio menos escarpado, fue necesario elevar el suelo hasta recuperar al menos dos cosas: una era la sensación de un podio natural rodeado de nada y la otra era esa lectura morbosa y en primer plano del pie del acantilado, donde revienta el mar contra las rocas. De este modo fijábamos la altura de la pieza y sustituíamos el techo por una terraza que ocupa toda su extensión horizontal.
A su vez, convertimos la base en un podio horizontal quebrado en tres plataformas que bajan en zigzag con la topografía. La triple altura del espacio de la plataforma más baja, orientado al noroeste, pretende contener la dimensión vertical del lugar, esto es; la caída, el vértigo, la gravedad. A través de este vacío interior acusábamos la experiencia aérea del acantilado, dejando entender el mar no sólo como horizonte sino también como masa y superficie.
Por lo tanto, decidimos no nombrar los recintos por sus funciones y más bien dejarlos sin nombre y sin función, como meras salas más o menos interconectadas, para luego llevar todo el programa de servicio hacia el perímetro, hacia un muro exageradamente grueso, un espesor habitable, que actuaría como fuelle.
Dentro de esta masa vaciada quedan la cocina, las circulaciones verticales, los baños, armarios y una serie de balcones interiores (que protegen las ventanas del sol y de la lluvia, hacia el norte y el oeste). Eventualmente, todos los muebles y objetos domésticos podrían guardarse dentro de este perímetro, liberando el espacio para múltiples actividades.
Además de esta organización programática debimos considerar la necesidad de muros de soporte para montar exposiciones. Esto evitó la obviedad de hacer una gran vista al mar y, en cambio, nos dio la medida para conciliar una serie de diferentes cuadros de paisaje con una cantidad variable de situaciones interiores.
Toda la obra se hizo con concreto artesanal, una masa que se arruinara naturalmente, con moldajes de madera sin tratar. Su construcción se realizó (con una pequeña betonera y cuatro carretillas) en estratos horizontales que hacían coincidir los niveles de vaciado de la mezcla con la medida de un panel de media tabla. Una vez terminada la obra gruesa, reutilizamos toda la madera maltratada de los moldajes para revestir los muros interiores y para hacer unos paneles correderos que, alternativamente, servirían tanto para cubrir el programa perimetral de servicio como para proteger las ventanas una vez que la casa se abandona.
Tomamos estas operaciones como una denuncia de un estado de cosas y como una especie de confirmación de nuestro interés por descubrir el potencial de las cosas crudas; de los bocetos que no necesitan terminarse para reparar en lo que dicen”[4].
Toda esta descripción comienza a entenderse y a tomar consistencia cuando Pezo dice: “…creemos que los proyectos son como un liquido; un fluido que continuamente se esta moviendo en busca de una estabilidad lo suficientemente rigurosa como para organizar la estructura de su propia consistencia[5]”. Por lo tanto podríamos decir que el proyecto se fue adaptando a las situaciones que se daban entorno a el, un programa que debía cumplirse, condiciones del lugar de emplazamiento, el modo de construir (quienes y como) y lo que el proceso de construcción iría arrojando. Y a pesar de que siempre hubo requerimientos que debían cumplirse por obligación, fue la manera de resolver esas obligatoriedades las que hicieron la diferencia y en donde se ve en que han tenido puesto el ojo los arquitectos y el como se han venido ejercitando previamente a Casa Poli. Creo que en ese sentido la publicación “89,91” es parte importante para no solo observar la obra, sino también para entenderla ya que muestra cada una de las influencias que hubo en la concepción intelectual de la Casa, en términos simples se podría hablar de los referentes que se ocuparon para la resolución de problemas.
Casa Poli desde un principio fue pedida como un lugar que debía alternar una casa de vacaciones con un centro cultural, con actividades de reunión, trabajo y galería de arte, una tarea que se ve no solo complicada para cualquier proyectista sino también contradictoria, ya que en una misma obra debía congeniar lo público con lo privado. En este sentido la decisión de este volumen único tan bien puesto, al momento de enfrentarlo con el programa pareciera una mala decisión, sin embargo fue muy bien resuelto. Pero aquí es donde aparece la quizás única duda que arroja el entendimiento de la casa y que no se explica ni siquiera en el libro; siendo todo lo que se proyecto tan claro y consecuente desde el referente hasta el diseño, ¿de donde nace la idea de dejar en el borde todo el “programa domestico”?, de manera simple se podría deducir que es idea de uno de los arquitectos y que la casa al estar tan bien estructuradas sus concepciones acepta esa libertad que se toma el artista y cualquier otra que hubiesen querido tomarse.
La POLI-funcionalidad creo que fue lograda, ya que satisface los requerimientos que se le pueden hacer a una casa como también a una galería de arte, pero también la casa en su posterior funcionamiento sobre todo en las residencias temporales de artistas no ha pretendido ser mas que una (única) manera de estimular el intercambio creativo, de de hacer de la cultura una POLItica[6], y es justamente en las residencias y por estos motivos cuando toma mas sentido lo de Casa Poli.
Por ultimo me referiré, casi de manera anecdótica a la situación que se dio en la página Web de la XV Bienal de arquitectura, puntualmente en el link de Casa Poli, en donde la gente podía dejar sus comentarios y en el cual se acuso a la obra de una especie de plagio de la obra de SANAA (Kazuyo Sejima + Ryue Nishizawa). Creo realmente que entendiendo en que han tenido la mirada puesta PvE desde sus inicios, no hace falta siquiera hacer la comparación porque Casa Poli es de una consecuencia que pocas obras logran en relación al trabajo de sus creadores, quizás se debe a lo jóvenes de Pezo y Ellrichshausen. Cualquier tipo de comparación con el trabajo de SANAA es igual a comparar los homófonos Habría con Abría, es decir, solo una coincidencia formal.
Sergio Ahumada Monca
Arquitecto E. -UNAB
BIBLIOGRAFIA
-“Ochenta y nueve noventa y uno”. Pezo Mauricio, von Ellrichshausen Sofia, Meissner Eduardo, Prim Rosmarie. Ediciones CASAPOLI. 1º edición.
-“Revista de arquitectura 110”. Ediciones ARQ Facultad de arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Vol. 05, “arte o arquitectura”. Mayo de2007.
-“Architectural Review”. Edición Web. Compilación año 2006. http://www.arplus.com/home.htm.
[1] Me refiero como la culminación del proyecto, al estado final de la obra, una vez que puede ser habitada. Descripción que corresponde al capitulo llamado “91” de la publicación “89,91” sobre Casa Poli, el cual escribe Eduardo Meissner.
[2] Fuente: Sofía von Ellrichshausen en entrevista hecha por Revista 110, Vol. 05, arte o arquitectura, mayo de 2007.
[3] Fuente: Sofía von Ellrichshausen en entrevista hecha por Revista 110, Vol. 05, arte o arquitectura, mayo de 2007.
[4] Reseña realizada por Mauricio Pezo, para la presentación de Casa Poli a la XV Bienal de Arquitectura, Santiago-Chile,2006
[5] Texto del catalogo de la exposición “Ni más ni menos”, PvE arquitectos, sala Universidad del Bio-Bio, Concepción, 2004
[6] “Ochenta y nueve, Noventa y uno”, capitulo 2 “ochenta y nueve”, Pág. 07. Mauricio Pezo
-“Ochenta y nueve noventa y uno”. Pezo Mauricio, von Ellrichshausen Sofia, Meissner Eduardo, Prim Rosmarie. Ediciones CASAPOLI. 1º edición.
-“Revista de arquitectura 110”. Ediciones ARQ Facultad de arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Vol. 05, “arte o arquitectura”. Mayo de2007.
-“Architectural Review”. Edición Web. Compilación año 2006. http://www.arplus.com/home.htm.
[1] Me refiero como la culminación del proyecto, al estado final de la obra, una vez que puede ser habitada. Descripción que corresponde al capitulo llamado “91” de la publicación “89,91” sobre Casa Poli, el cual escribe Eduardo Meissner.
[2] Fuente: Sofía von Ellrichshausen en entrevista hecha por Revista 110, Vol. 05, arte o arquitectura, mayo de 2007.
[3] Fuente: Sofía von Ellrichshausen en entrevista hecha por Revista 110, Vol. 05, arte o arquitectura, mayo de 2007.
[4] Reseña realizada por Mauricio Pezo, para la presentación de Casa Poli a la XV Bienal de Arquitectura, Santiago-Chile,2006
[5] Texto del catalogo de la exposición “Ni más ni menos”, PvE arquitectos, sala Universidad del Bio-Bio, Concepción, 2004
[6] “Ochenta y nueve, Noventa y uno”, capitulo 2 “ochenta y nueve”, Pág. 07. Mauricio Pezo
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